El taxista uruguayo concurrió a la sede central de la PFA dos horas después de haber matado a su ex esposa.
Walter María Gómez se entregó este jueves a la tarde en el Departamento Central de la Policía Federal Argentina (PFA) por el femicidio de su ex esposa Graciela Molina Hernández, producido en el palier de un edificio ubicado en Almagro, Ciudad de Buenos Aires.
«Me mandé una macana», dijo el taxista uruguayo cuando llegó a sede central de la PFA. El juez a cargo de la causa lo detuvo y le secuestro la ropa ensangrentada como prueba.
Hernández fue asesinada de un corte profundo en el cuello tras haber discutido con Gómez, a quien había echado de su departamento porque negaba a divorciarse. La mujer tenía una restricción perimetral sobre el femicida.
«Me denunciás y te mató», le había dicho el hombre.Además de la perimetral, Hernández contaba con un botón antipánico que fue activado ayer después de que la mujer denunció que recibió amenazas por parte de su ex. Cuando fue asesinada, no tenia el botón con ella.