La niña de 11 años fue abusada sexualmente y estrangulada el domingo pasado. Hoy indagan al único sospechoso del crimen.
El recorrido entre la Plaza 25 de Mayo y la continuación por Avenida Rivadavia marcan un camino de 12 cuadras tradicionales de Junín. Ayer, fue el escenario del dolor y el reclamo de justicia por el brutal asesinato de Camila Borda, una nena de apenas 11 años.
Más de 800 personas, según cálculos oficiales, se movilizaron junto a la familia de la víctima para pedir que se esclarezca el caso. Hubo silencio, pero también hubo gritos contra José Carlos Varela, el albañil de 40 años que es el único sospechoso y que será indagado este martes.
Alejandra Barzabal, madre de la menor, se quebró antes de hablar ante las cámaras. Acompañada por Guillermo Modesti, su actual marido, se derrumbó sobre la vereda a media cuadra de la municipalidad.
Para el fiscal Sergio Terrón no hay duda que Varela es el asesino. La nena apareció atada en el baño de una quinta que él cuidaba y mostró heridas producto de una supuesta defensa de Camila.
Camila había sido vista por última vez el domingo por la mañana y los padres ya habían denunciado su desaparición. Cuando encontraron el cuerpo, estaba con las manos atadas, la cabeza cubierta por una bolsa, un cable sobre el cuello y adentro de la bañadera.