El representante del Ministerio Público apuntó contra los militantes del Partido Obrero que fueron liberados tras estar algunas semanas detenidos.
El fiscal ante la Cámara Federal, Germán Moldes, apeló la decisión del juez federal Sergio Torres de liberar a César Arakaki y Dimas Ponce, quienes atacaron a oficiales de la Policía durante el debate en el Congreso por la reforma previsional el 18 de diciembre último.
La decisión ya había sido apelada por el fiscal federal Carlos Rívolo y fue acompañada por Moldes, quien consideró que «sobran los indicios que demuestran que Arakaki y Ponce revistan como cuadros o tropa de una disciplinada y belicosa milicia dotada de estructura y organización semi-militarizada y que, en tal carácter, participaron de las acciones del 18 de diciembre en la Plaza de los Dos Congresos, cuando se alzaron contra uno de los poderes del Estado para impedir que cumpla su función».
Torres los había procesado por «lesiones en agresión, intimidación pública y atentado contra la autoridad, agravado por haber sido cometido a mano armada y por una reunión de más de tres personas», pero las filmaciones demostraron que ellos no habían sido los que hirieron de gravedad al policía de la Ciudad Brian Escobar.
«Teniendo en consideración los medios y dispositivos ofensivos con los que concurrieron a lo que se suponía no sería otra cosa que una ‘manifestación pacífica’ entiendo, con el Fiscal apelante, que tal como lo exige el código represivo nos hallamos frente al supuesto de quienes ‘se alzaren en armas contra alguno de los poderes públicos del Gobierno nacional …’ o procuren «… impedir, aunque sea temporariamente, el libre ejercicio de sus facultades constitucionales», resaltó Moldes.
Este último párrafo es la explicación que antecede a otro pedido del fiscal: que se cambie la carátula del caso a «alzamiento contra uno de los poderes del Estado», que contempla una pena de entre 5 y 15 años de prisión.
«Esa agresiva caterva –de la que los imputados forman parte- no actúa de manera inconexa ni desordenada. Por el contrario despliega una aceitada gimnasia apta para eludir el accionar policial echando mano a todo un rimero de elementos de camuflaje y disfraz con el fin de evadir la acción de las fuerzas del orden y una parafernalia de asistencia anterior, concomitante y posterior al desarrollo de su actividad criminal. Me refiero al auxilio y la participación orgánica de socorristas, profesionales, comunicadores y supuestas ‘organizaciones sociales’ prevenidas al efecto», fustigó el fiscal.