La amenaza del narcotráfico en Rosario se mide cada 24 horas. El ministro de Justicia y Seguridad de la ciudad, Pablo Cococcioni, el gobernador de Santa Fé, Maximiliano Pullaro y la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, están amenazados.
Tanto Cococcioni como Pullaro debieron sacar a sus familias de la provincia por las amenazas de muerte que reciben en una provincia atravesada por las bandas del crimen organizado.
Hoy la sensación en la ciudad es la de una población habituada a vivir en peligro, en un estado de alerta permanente, Ya nadie duda que en cualquier momento la amenaza se puede convertir en una realidad. Hoy el ciudadano común no ve la lucha contra el narcotráfico pero lo que si ven es que se han convertido en una moneda de cambio.
La amenaza por parte de los narcotráficantes es concreta: «Va a morir gente inocente» ¿Quiénes son los destinatarios de esta violencia? Los vecinos de Rosario. Si bien la población apoya al gobernador y sus políticas, la moneda de cambio sigue siendo el ciudadano común.
En los barrios los vecinos están absolutamente solos. Hablan a través de las rejas por que están aterrorizados. Los ciudadanos están presos y los narcotraficantes en las calles. La subsistencia de la población de Rosario depende de su silencio. No mirar, ni preguntar. Esa es la garantía de su supervivencia.
La gente en Rosario vive con miedo y naturalizó el terror. Se encomiendan a Dios vivir un día más. Los rosarinos están pidiendo a todo un país que tengan una mirada sostenida sobre el flagelo que están viviendo con el crimen organizado.